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La justificación del mal

Coincidimos en definir el Bien: en filosofía, como valor supremo moral; en economía, como algo cotizable; y en lo práctico, como lo que hace a los objetos aptos para su uso.

La justificación del mal

Coincidimos en definir el Bien: en filosofía, como valor supremo moral; en economía, como algo cotizable; y en lo práctico, como lo que hace a los objetos aptos para su uso.

Por Hipólito Fernando Ghiglione

Para evitar desencuentros ejemplifico, “Aristóteles, el bien es aquello a lo que tienden todas las cosas”, “este inmueble es un bien familiar” y finalmente un cuadro bien pintado”. Habremos clasificado así en tres géneros diferentes: morales, económicos y según el modo de ser, por lo que puedo afirmar sin generar equivocación, desde lo moral, que del bien depende la felicidad del hombre ,afirmación que sustenta y encontramos como concepción moral y religiosa, en todo tiempo y lugar. 

El bien se contrapone al mal

Pero la realidad es otra, como si no hubiera paraje en este mundo para la felicidad porque aún disfrutando de la lectura de una novela bien escrita nunca he tenido en ellas noticias de algún pueblo feliz.

¿La felicidad no debería ser nuestro fin si todos nos consideramos seres
morales?.

¡Pero obviamente no todos lo somos!

¿Se amalgaman estos diferentes géneros?. Opino que sí.

En los valores personales mediante un cambio conceptual entre el Bien como valor universal que rige todas nuestras ideas, especialmente el respeto del prójimo y la verdad, con el del bien personal basado en intereses propios: todo lo que me favorece está bien .Se elimina así la idea de valor moral, reemplazándolo por un procedimiento autónomo para el logro de los propios fines.

No queda espacio para valores morales, solo un catálogo de intereses individuales, y es en este contexto donde se eliminan los límites morales, quedando la libertad para instalar lo conveniente, lo que me parece, también lo
inmoral.

Así se auto justifica la mentira, que se legitima en tanto contribuya a mi bien personal, evidenciando otra contradicción del sistema socialista.

¿Es necesario, estimado lector, que examinemos las repudiables afirmaciones con las que fue atacado nuestro presidente?. Acusado además de ser un gobernante cruel justamente por aquellos que conformaron lo que quedará en la historia como el gobierno más corrupto de la argentina. ¿No es más crueldad haberse apropiado de nuestros impuestos en su beneficio?. 

Montos fabulosos de dinero, que se podrían haber empleado en construcción de hospitales y escuelas. Es inevitable pensar en el conocido aforismo atribuido a Maquiavelo, “El fin justifica los medios”, que si bien se lo deduce de su obra, nunca lo escribió.

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