
El renacer del vinilo: por qué este clásico analógico sigue girando más fuerte que nunca.
Hace pocos días se celebró el Día Internacional del Disco de Vinilo, una excusa para recordar y celebrar a uno de los formatos más icónicos de la historia de la música.
Por Vanesa Lagraña
Hace pocos días se celebró el Día Internacional del Disco de Vinilo, una excusa para recordar y celebrar a uno de los formatos más icónicos de la historia de la música. Desde su aparición a mediados del siglo XX, el vinilo revolucionó la forma de escuchar canciones.
Aunque su popularidad decayó en los años noventa con la llegada del CD y, luego, la música digital, el vinilo vive en la actualidad un renacer sin precedentes. Su retorno no solo está impulsado por la nostalgia de los melómanos, sino también por jóvenes que descubren la experiencia única de colocar un disco en la bandeja, bajar la púa y dejarse envolver por su magia analógica.
Una revolución sonora que marcó época
El vinilo reemplazó al frágil disco de goma laca, ofreciendo mayor durabilidad, más capacidad de almacenamiento y mejor calidad de sonido. El formato LP de 33 ⅓ revoluciones por minuto permitió grabar álbumes completos con una fidelidad nunca antes alcanzada.
Más que un simple soporte, el vinilo se convirtió en un objeto cultural. Las portadas eran verdaderas obras de arte y escuchar música se transformaba en un ritual: abrir la funda, leer los créditos, colocar el disco y disfrutar cada cara sin interrupciones.
Del ocaso al regreso triunfal
A finales de los 80 y principios de los 90, el CD y luego el streaming parecían sentenciarlo. Pero el nuevo milenio trajo un giro inesperado: los vinilos volvieron a las bateas y las ventas comenzaron a crecer año tras año.
Los números hablan por sí solos:
- En 2024, en EE.UU. se vendieron 43,6 millones de vinilos, marcando 18 años consecutivos de crecimiento.
- Los ingresos por vinilos superaron los 1.700 millones de dólares, un 7% más que en 2023, y por tercer año consecutivo superaron a los CDs.
- En el Reino Unido, las ventas alcanzaron 6,7 millones de discos en 2024, el nivel más alto en tres décadas.
Parte del encanto del vinilo radica en que es una experiencia multisensorial: el peso del disco, el arte de la carátula, el sonido y la pausa para dar vuelta la cara. Elementos que el consumo digital no puede replicar.
Además, las ediciones especiales —vinilos de colores, portadas alternativas, lanzamientos limitados— y las ferias de intercambio han convertido este formato en un verdadero objeto de colección.
En Argentina y el mundo, ferias, tiendas y festivales reúnen a coleccionistas y curiosos.
En Buenos Aires, eventos como La House Feria proponen encuentros para compra, venta e intercambio, además de actividades culturales vinculadas a la música analógica.
El vinilo ya no es solo un símbolo de nostalgia: es una elección consciente de quienes buscan autenticidad y calidad sonora.
Cada vez que un disco empieza a girar, confirma que, a pesar del paso del tiempo y los cambios tecnológicos, la música analógica sigue teniendo un encanto imposible de reemplazar.